CARACAS / A pesar de registrar un crecimiento económico del 8,71% en el tercer trimestre de 2025, impulsado por la recuperación petrolera, Venezuela sigue encabezando la lista de los países con mayor inflación en América Latina.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) estima que la inflación venezolana cerrará el año en 275%, una de las más altas del mundo, lo que mantiene la pérdida del poder adquisitivo y la fragilidad de su moneda.
El Banco Central de Venezuela (BCV) ha destacado el repunte del sector energético como el motor del crecimiento, pero el alza sostenida de los precios sigue deteriorando el ingreso real de los hogares, mientras la dolarización informal y la falta de crédito continúan distorsionando la economía.
En contraste con la situación venezolana, el resto de la región muestra avances moderados en el control de los precios. Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la inflación promedio del continente se mantendría estable en torno al 7,2% en 2025, impulsada a la baja por países como México, Chile y Colombia, que han consolidado políticas monetarias más eficaces.
México, por ejemplo, mantiene su inflación en 3,76% anual, cerca del objetivo del Banco de México, mientras Chile y Colombia registran tasas de 4,4% y 5,18%, respectivamente. Incluso Argentina, históricamente afectada por la inflación, logró reducirla al 31,8% en septiembre, la más baja desde 2018.
En el extremo opuesto, Brasil enfrenta un aumento de precios del 5,17%, aunque dentro de parámetros manejables, y Bolivia se ha visto presionada por un alza de 16,9% acumulada hasta julio.
Sin embargo, el caso venezolano sigue siendo una excepción regional: mientras el resto de América Latina avanza hacia la estabilidad, el país continúa atrapado en un ciclo de devaluación, inflación crónica y pérdida de confianza monetaria.
De acuerdo con el Pnud, la inflación venezolana no solo refleja desequilibrios fiscales y monetarios, sino también “una persistente falta de credibilidad institucional y una dolarización parcial que no ha logrado estabilizar el mercado interno”.
Aunque el Gobierno insiste en que la economía “se ha reactivado”, los analistas advierten que sin un plan estructural para contener los precios y estimular la producción, Venezuela podría cerrar 2025 como el país con la inflación más alta del planeta. (Versión Final)
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