Porque no todo está perdido.
XII Perorata por la necesidad de un cambio necesario.
«Alea jacta est.»
Julio César
Cuando faltan apenas horas para el evento electoral más importante de nuestro país, me gustaría compartir con ustedes esta reflexión, ya que es mi parecer, que vivimos momentos estelares de nuestra historia republicana. Son momentos decisivos que impactarán de una vez y para siempre la vida de los ciudadanos que habitamos sobre este suelo.
Antes quiero empezar por resaltar la responsabilidad del liderazgo, de quienes cargan sobre sus hombros la conducción de este proceso y sus resultados.
Aunque pareciera que esta responsabilidad se pudiera diluir entre muchos actores, lo cierto es que solo dos personajes tienen esa responsabilidad. Es tan así que como lo expresa la frase que acompaña este escrito, pronunciada como epitafio.
Luego de cenar de manera suculenta, seguramente ambos lo harán, durante una noche del año 49 A.C. Julio Cesar tomó una de la más difícil de su vida, frente a si el Río Rubicón, frontera natural entre la Galia e Italia, detrás todas sus cohortes con el fin de iniciar una guerra, con el único objetivo del poder, fue solo suya esta decisión y responsabilidad.
Aunque parece lejana esta comparación, me atrevo a decir que hoy estamos ante una situación parecida pero exacerbada, por cuanto existe un elemento muy peligroso que habita en la conducta de una muy buena parte de nosotros los venezolanos, la polarización.
Sabemos que la política es conflicto, sin embargo, cuando extrapolamos esta condición al campo emocional de cada uno de los ciudadanos, entonces, no preocupa tanto la polarización política, preocupa más la polarización social, porque cada vez, queremos menos, o peor aún, no queremos hablarnos entre las facciones, lo que nos coloca directamente ante otro escenario crítico como la segregación. Este fenómeno perverso, se encuentra presente en casi todos los núcleos de concentración humana, desde el mínimo de la pareja, familia, trabajos entre muchos otros. Ya que no existe disposición al diálogo, lo que cierra la razón.
La concepción binaria para la confrontación de postura no admite muchas opciones, ya que en ella no existen los matices.
La derecha cada día es más derecha y la izquierda cada día más izquierda, lo que en esencia los convierte en ultras, por tanto, se desvanece el espacio intermedio de los centros.
Cuando la polarización nos lleva a la radicalización, la confrontación nos asoma a la posibilidad de la supervivencia Y esto es un conducto inequívoco a la violencia.
Un elemento importante de este proceso, para elevarlo en grado superlativo, son los medios de comunicación, en particular las redes sociales y medios informativos o de propaganda digitales. Cuando un like, me gusta o retwitt, se convierte en un centavo de dólar acreditado a tu cuenta, todo lo demás no importa, es cuando los medios y particulares, ven en la polarización un modelo de negocio. Todos los conceptos éticos dejan de tener importancia, lo sensacional, extravagante, escatológico e impactante es el producto final. Debemos tomar conciencia de que no todo vale para ninguno de los dos lados.
Pero no todo está perdido, debemos aprovechar esta coyuntura, ahora que nos estamos mirando con ojos puyones, para entender la importancia de la regla de oro, no faltará quien diga que porque ahora y no antes, yo respondo mejor ahora que después. Esta es una manera de empezar a ejercer la convivencia pacífica practicando la tolerancia.
Eso no significa estar de acuerdo con todas las opiniones, sino reconocer el derecho de cada persona a expresar sus pensamientos libremente y vivir de acuerdo con sus creencias.
Es hora de tratar a otros como queremos que nos traten, es la regla necesaria para ejercer la igualdad, la convivencia armoniosa en una sociedad justa, es un pilar ético universal. Es una práctica a la que nos invitan diversas culturas y religiones.
La empatía, el respeto mutuo, la consideración y dignidad, son elementos clave para construir relaciones saludables de igualdad y sociedades equitativas.
La diversidad del pensamiento, creencias y experiencias nos permiten convivir en un escenario permanente para desarrollarnos y crecer, además de que nos permite disfrutar el sentir a plenitud el escuchar y aceptar las opiniones ajenas
El respeto por la integridad del otro es un reconocimiento tácito de nuestra propia humanidad.
La empatía es fundamental para aplicar la regla de oro.
Cuando vivimos con la convicción de estos valores en nuestra vida, nos permite a nuestro interior la tranquilidad, que solo se obtiene cuando sabemos que hemos actuado con integridad.
Y esto a la vez fomenta un ambiente de cooperación y solidaridad con las personas se sienten reconocidas, valoradas y muestran una mejor disposición a participar en la sociedad común, a pesar de tener diversidad de criterios.
Ojalá nos vaya bien.
Recuerden ser felices, es gratis.
Paz y bien.
Desde “La Gruta” en el día de San Brígida de Suecia, quien fue una religiosa, mística, escritora y teóloga sueca, del dos mil veinticuatro.
José Gregorio Palencia Colmenares.
Escritor, poeta, conferencista
y articulista de medios.