Zelenskyy dijo en la red social X que 64 personas estaban hospitalizadas en la capital, además de 28 en Krivói Rog y seis en Dnipró, ambas en el centro de Ucrania.
Fue el mayor bombardeo ruso en Kiev en casi cuatro meses, y uno de los más letales de la guerra, que alcanzó siete de los 10 distritos de la ciudad. El ataque en el hospital infantil de Okhmatdyt, que interrumpió una cirugía a corazón abierto y obligó a jóvenes pacientes de cáncer a continuar su tratamiento en la calle, provocó indignación internacional.
El gobierno municipal de Kiev declaró un día de luto oficial el martes. Se prohibieron eventos recreativos y las banderas ondeaban a media asta en la capital.
Rusia negó ser responsable del ataque al hospital y afirmó que no ataca blancos civiles en Ucrania pese a las abundantes pruebas de lo contrario, que incluyen investigaciones de Associated Press.
El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, reiteró el martes esa posición y mencionó un comunicado del Ministerio ruso de Defensa que atribuía a un misil antiaéreo ucraniano la destrucción parcial del hospital.
La andanada rusa del lunes se produjo la víspera de una cumbre de la OTAN en Washington donde se esperaba que los miembros de la alianza prometieran nuevo apoyo económico y militar a Ucrania.
Por su parte, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, recibía en Moscú al primer ministro de India, Narendra Modi.
La importancia de Nueva Delhi como socio comercial crucial para Rusia ha crecido desde que el Kremlin envió tropas a Ucrania en febrero de 2022.
Zelenskyy fue muy crítico con la visita de Modi, y el lunes escribió en X que “es una enorme decepción y un golpe devastador para los esfuerzos de paz ver al líder de la democracia más grande del mundo abrazar al criminal más sanguinario del mundo en Moscú en un día como este”.