Amaya era, hasta el momento, secretario político del Comité Ejecutivo Seccional (CES) de la tolda blanca en esta entidad federal.
–Tengo a la mano, precisó el informante, una lista de destacados dirigentes del partido –este humilde servidor incluido– que estamos incorporándonos sobre la marcha a la campaña electoral de González Urrutia, que es el verdadero candidato presidencial de la oposición.
–Ciertamente, en algún momento –dijo–, AD llegó a ser la gran esperanza de la inmensa mayoría de los venezolanos por un destino mejor.
–De hecho –precisó, para ser más exacto–, en varias oportunidades, AD, solita, sin ningún partido aliado, llegó a ganar simultáneamente la mayoría absoluta tanto en la Cámara de Diputados como en la Cámara de Senadores del desparecido Congreso Nacional, tal era el arrastre popular de que disfrutaba.
Desencanto
–No obstante –prosiguió Amaya–, miles de razones, como la soberbia, la torpeza, la demagogia, el incumplimiento de promesas y la corrupción, hicieron que la gente se desencantara, y, hoy en día, lamentablemente, la tolda blanca ha pasado a ser un partido más del montón, un cascarón vacío, pues, sin mensaje alguno que emocione o motive al pueblo. (El Informador Venezuela)